Donde el papel se amasa, se pinta y se sirve como escultura

La cocina no solo huele a comida: huele a creación. Esta sala está compuesta por objetos elaborados en papel maché, pintura y reciclaje poético. Cada pieza convierte lo cotidiano en arte. Bandejas, cuencos, taburetes y figuras recortadas surgen del corazón de la casa como gestos escultóricos llenos de memoria.
🍛 Bandejas y cuencos de papel maché Utensilios modelados a mano, convertidos en pequeñas esculturas domésticas. Cada forma parece lista para contener no comida, sino símbolo.
🪑 Banqueta pintada en homenaje a Yayoi Kusama Una pieza intervenida que respira lunares infinitos. El homenaje a Kusama transforma el mobiliario en vibración visual y juego obsesivo.
🧻 Colección de cuadros con rollos de cocina y papel higiénico Obras únicas donde el soporte es el propio objeto. Las figuras se recortan directamente del cilindro del rollo —sin pegamento, solo con dobleces estratégicos que permiten recuperar la forma inicial. Cada recorte es ingeniería poética.